sábado, 11 de julio de 2009

hiperbreve APARATEJO (por Suco)

Tras meterlo en su bolsillo derecho, se dirigió triunfante a casa. Sentía ahora la sonrisa cómplice de la realidad circundante. Aquellos niños caprichosos, abobados e irritantes le despertaban la mayor de las ternuras y una distante comprensión, aquellas madres indolentes, fumadoras y charlatanas compulsivas extraían de su alma un desprecio divertido y socarrón, los golpes y vibraciones de las ubicuas obras de su pequeña ciudad se le antojaba marcaban alegremente el ritmo de su paso; en fin, el sol brillaba más amarillo que nunca, y algunos pájaros cruzaban el azul celeste como espejos de las centellas que exhalaba su mirada. Ignoraba que la emergencia de nuevas relaciones sorprendentes, que como picos eléctricos de satisfacción y autocomplacencia le llevaban a una profunda recalificación optimista de la realidad, emanaba de aquel pequeño aparato que reposaba tan cerca de sus genitales desde el momento en que lo adquirió; justo antes de salir de la tienda en que una mujer se lo había vendido. La cadena de sinopsis plenas que deslumbraban senderos inexplorados en su cerebro procedía de allí. Como ella le dijo, los tiempos han cambiado, se trata del producto que necesitaba. Evidente, aunque no parecía haberse dado cuenta hasta que ayer sorprendió a su mujer escrutando con curiosidad y admiración los aparatos de última generación que sus conocidos masculinos exhibían impúdicos y manejaban hábilmente con sus manos, o al verla bajar la vista cuando él había de reconocer ante todos, con una sonrisa simple, incapaz de mentir o de disimular con su mirada la aterradora inseguridad de su existencia, que carecía de i-pod.

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