jueves, 13 de agosto de 2009

Fragmentos literarios para M. Mas (iii)

Cuando los dos estaban juntos, el corazón de Keawe se tranquilizaba [...] nadie la veía sin alegrarse. Kokua era afable por naturaleza. De sus labios salían siempre palabras cariñosas. Le gustaba cantar y cuando recorría la Casa Resplandeciente gorjeando como los pájaros era el objeto más hermoso que había en los tres pisos

(De El diablo en la Botella, de Robert Louis Stevenson)

2 comentarios:

  1. ¿Como no se da cuenta Keawe que ese horrible destino tambien lo presentía Kokua?, ella tenía miedo , le pertenecía completamente, había sido diseñada para él, pero era su amor prohibido. Entonces no le gustaba cantar, simplemente porque no podía, un nudo en la garganta hacía de sus gorjeos mudos lamentos mojados.

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  2. El destino es un arco iris que brilla siempre al fondo, que atrae la mirada del observador. Kokua lo representa, no es un amor prohibido, es el gozo natural de Keawe, la belleza y armonía de la naturaleza, el amor imperdible, como el tiempo imparable e inmarcesible, la alegría del pájaro de un nuevo día.

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