¡Cuán manso y amoroso recuerdas en mi seno donde secretamente solo moras: y en tu aspirar sabroso, de bien y gloria lleno, cuán delicadamente me enamoras!
Soy perezoso, desordenado e indolente, siempre cansado de mi inactividad. Además nunca sé dónde pongo mis cosas. Pierdo todo mi tiempo, extenúo mis nervios y me agoto buscándolas, hurgando en el interior de los cajones, arrastrándome debajo de las camas, encerrándome a oscuras en las habitaciones, enterrándome bajo un montón de colgaduras... (Extraído del cuento Oriflama de Eugène Ionesco)
Va de santos hoy la cosa!!!
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